Recuerdo el día en el que estaba sentado en una mesa donde estaban algunos de los pastores más "relevantes" esos que van a todos los congresos a predicar, el punto es que entre todos estos grandes hombres y su amigos que también eran eminencias en el mundo cristiano al final de la mesa estaba yo un simple Hermosillense que no se sabia ni un versículo completo de la biblia, me sentía tan inútil, tan sin insignificante que cuando volví al hotel me encerré en el baño y comencé a llorar preguntándole a Dios ¿por qué tuve que pasar por eso?, para algunos esa experiencia hubiera sido la mejor de sus vidas pero para mi fue de las peores.
Lo peor del caso es que yo le había pedido a Dios que me usara como a esas grandes personas, que me diera un poco de su vida en la mía. Yo no sabía la lección que Dios me quería dar.
Y es la que yo te quiero dar a ti en este día para que no pases por lo que yo pase, comencemos.
¿Recuerdas la pintura de la última cena? Si esa donde están todos los discípulos con Jesús, aparte de ser una de las pinturas más famosas para mí es es más que una pintura, esa pintura me enseña que en la mesa de Jesús te puedes encontrar a cualquier persona, créeme a cualquier.
En la mesa de esa última cena había:
pescadores
Cobradores de impuestos
Gente que no manejaba la ira
Incrédulos
Gente que odiaba a otros
Y no nos olvidemos del traicioneros
Ahora imagínate la siguiente imagen una mesa gigante como las de Harry Potter con miles y millones de sillas y cada silla tiene su nombre, todos comerán la misma comida, todos recibieron la misma invitación, a todos los recibieron igual, y de repente tú llegas y ves la silla de tu amigo que dirige la alabanza y dices a la torre esta silla está vacía pero dice Juan (alabanza) y tu para tratar de encajar con esa silla haces de todo para ser parte de la alabanza, y no digo que eso esté mal, si algo te gusta adelante hazlo, lo que quiero decir es que esa silla no era la tuya.
La tuya decía victor (limpia baños) pero como pensamos que lo que hace la otra persona es más cool entonces buscamos quedarnos con su silla, pero lo que estamos haciendo es dejando un lugar vacío que nos correspondía a nosotros. Nunca menosprecies tu posición en el equipo.
¿Sabes lo importante que es tener los baños limpios? Créeme, he dejado de ir a lugares solo por qué los baños eran un asco.
A lo que voy es que muchas veces estamos tan enfocados tratando de ser alguien más o tratando de hacer el trabajo de alguien más para llegar a cierta posición cuando Dios ya tiene un lugar para nosotros en su mesa y no solo eso nos dio un propósito diferente a cada uno. Que aburrido a de ser pasar toda tu vida correteando un propósito que no es tuyo.
Y cuando dejes de estar en la silla de alguien más y tomes la tuya, entonces vas a poder disfrutar de manera completa el banquete que Dios tiene para ti.
Y como dije al principio la mesa de Dios está lista para agregar más sillas, sin importar tu pasado o eso que te definía.
Toma tu lugar en la mesa.
Este soy yo.
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